Dexter

Impresionante, magnífica, alucinante, frenética, soberbia, espectacular, emocionante, increiblemente intrigante pero sobre todo deliciosamente sangrienta. Así es Dexter, la serie de Showtime protagonizada por Michael C. Hall.
La serie trata sobre el día a día de Dexter Morgan, un policía forense experto en la sangre. Tiene una hermana que trabaja en la misma comisaria que él y una encantadora novia, es adorado por sus compañeros de trabajo, es buena persona, simpático, educado, responsable,... en definitiva, un tío perfecto. Pero guarda un oscuro secreto que nadie conoce, es un asesino en serie que disfruta matando a sus víctimas y trozeandolas. Pero no mata a cualquiera, solo a los que se lo merecen, aquellas personas que por falta de pruebas han salido impunes de sus crimenes. El corrige ese error... a su manera.

Creo que ahora, después de ver la cuarta y última temporada, puedo decir que se a convertido en mi serie de televisión favorita. Y es que a parte de engancharme durante 50 minutos delante de la pantalla tiene una cosa de la que carecen la gran mayoría de las demás series, no baja el listón. Al contrario, es una serie que se supera minuto a minuto, capítulo a capítulo, temporada a temporada. Todas sus temporadas y capítulos van In crescendo hasta llegar a un final que nunca y repito nunca deja indiferente.

actualmente acabo de ver la cuarta temporada y el cliffhanger con el que se despide me ha dejado completamente anonadado, más incluso que el cliffhanger de la tercera temporada de Lost.

Resumiendo, es una serie de obligada visualización y es que las series de canales privados siempre suelen tener un sello de calidad impecable (True Blood es otro ejemplo).