sábado, 5 de marzo de 2011

Noventa y nueve más uno son cien

Esta es mi entrada número 100 con la sección Ryo dice cosas. El día que me dio por empezarla no hubiera imaginado que llegara a 100, la verdad es que dudaba incluso llegar a 2. La creé para utilizarla como desahogo de las cosas que me sacaban de quicio, por eso al principio iba a llamarla Lo que me saca de mis casillas en homenaje a aquel programa que hacia Peter Griffin en un capítulo de Padre de familia. Pero era demasiado largo y preferí dejarlo como Ryo dice cosas, para dejar constancia además de que lo que se dijera ahí era únicamente mi opinión y que la demás gente que escribe en el blog no se hacía responsable de ello.
Y ahora estamos aquí, en mi entrada número 100 y me hacía especial ilusión que fuese algo fuera de lo común. Al principio pensé en hacer una mirada hacia atrás y hablar de todo lo hablado, pero eso sería como un capítulo recopilatorio, y todos odiamos los capítulos recopilatorios, además de una puta mierda de entrada. Así que me he dicho (lo he pensado. No he ido delante de un espejo ha hablar en voz alta) "¡Hey, cuéntales un cuento!"

Había una vez una niña que soñaba con llegar a ser doctora. Ella pensaba que lo peor que había cuando una persona moría era la gente que se quedaba atrás y tenía que aprender a vivir con la perdida, así que decidió que ayudaría a evitar cuantas perdidas humanas pudiera.
Trabajó duro para ello, puesto que ha medida que iba creciendo se iba dando cuenta de lo difícil que era llegar a entrar en medicina, pero aún así no se aisló de los demás para centrarse en los estudios, todo lo contrario. Era una chica guapísima, enérgica, inteligente, amiga de los animales y del medio ambiente. No fumaba, pero cuando tocaba beber era la primera, no toleraba a los gilipollas y nunca hablaba ni de política ni de religión. No era de extrañar que en 4º de la ESO todos los chicos de la clase fueran tras ella. Era una chica sensacional, de esas que solo aparecen una vez cada cien años y que aún ser tan perfecta te es imposible de odiar,a no ser que estés podrido por dentro.
En Bachillerato es común en muchos centros hacer el Trabajo de Recerca, ella ya tenía pensado como hacerlo desde que se enteró que existía. Lo hizo sobre los hospitales, su día a día de todas las personas que trabajan en él, con un vídeo además del trabajo escrito. Le quedó un auténtico documental. Como es de suponer sacó un diez, pero no acabó ahí la cosa, querían que lo expusiera también en un concurso con los mejores Trabajos de Recerca de los alrededores.
La chica no se entusiasmo por la noticia, más bien todo lo contrario, estaba cansada de estudiarse tanto su trabajo, aún así se lo volvió a repasar y se preparó de nuevo su exposición.
Llegó el día de la exposición, como se celebraba en otra ciudad tenía que coger el tren, pero para llegar a la estación tenía que cruzar un paso peatonal sobre las vías del tren.
Murió siendo brutalmente arrollada por un tren en un despiste. Nunca llegó a hacer la exposición. Nunca llegó a ser doctora.
FIN

La ciudad donde se celebraba el concurso era la mía.
La vida no es justa, como decían en Saw IV "Algunas cosas no son secuenciales, el bien no lleva al bien, ni el mal al mal. Hay quien roba con total impunidad y viven como reyes, otros mienten, engañan, y les votan, otros se paran para ayudar alguien en la carretera y un camión los atropella en un descuido, no hay explicación para eso.". Si a alguien como ella, con un futuro brillante, le pasó esto, ¿entonces que sentido tiene todo lo demás? ¿Que nos espera a nosotros?
De esta historia se pueden sacar miles y miles de conclusiones y reflexiones. La mía es probablemente la más simple y descarada. Si hagamos lo que hagamos cualquier día nos puede arrollar el tren o caer una maceta sobre la cabeza, yo no voy a malgastar el tiempo haciendo cosas que no quiera hacer. No pienso gastar saliva hablando con gente que no me cae bien, no voy a dedicarme horas a estudiar cosas que no quiero saber, no voy a mentir cuando decir la verdad me sienta mejor ni pienso preocuparme por cosas que no me importan. Tampoco pienso saltar en paracaídas cada mañana, ni a declararme a la primera chica que me guste por la calle. Me limitaré a hacer lo que quiera hacer en este momento.
Porque para quién aún no se haya dado cuenta, solo vivimos una vez y el tiempo pasa demasiado rápido.

Ya llegán las primeras reacciones a mi entrada nº 100: http://www.youtube.com/watch?v=ShD3Ykouvu4

1 comentario:

  1. 100 ya, felicidades, qué mayor te haces tito Ryo.

    La verdad es que... el tiempo va pasando y el blog se va haciendo viejo, qué emocionante T_T

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