Son las 2 de la madrugada y no quiero dormir. No es que no pueda, es que no quiero. Mi vida personal ahora mismo es tan mierda que tengo fobia a ponerme en pause y pensar en ella, así que aquí estoy, escribiendo una entrada para el blog después de tantos siglos. Mi excusa por no haber escrito nada o tan poco durante todo este tiempo es simple, no me sentía motivado y para mi la motivación es una pieza, no importante, sino obligatoria a la hora de crear cualquier cosa a no ser que quieras que el resultado sea una completa mierda. Aún así entiendo perfectamente que los pocos lectores de este blog hayáis emigrado para siempre, pero como siempre he dicho, escribo aquí para desahogarme y si con suerte consigo que alguien me lea y coincida conmigo o le gusta lo que escribo mejor que mejor.
Después de soltar toda la parrafada anterior me gustaría empezar a introducir el tema del que quiero hablar ahora. Lo que voy a escribir ahora, por cierto, es solo una reflexión, un pensamiento mio no es ninguna crítica a la sociedad o si más no, no pretendo que lo sea, ni tan solo quiero llegar a una conclusión final, es simplemente una reflexión.
Para ilustrar mejor lo que quiero contaros no hay nada mejor que este fácil ejemplo:
Estas en el patio de la escuela, todo el mundo juega a fútbol, pero a ti no te gusta, no se te da bien y te aburre, así que para pasar el rato te pones a investigar y descubres que hay una zona perfecta en el patio para construir un fuerte con la ayuda de unos cartones. Al día siguiente con la ayuda de un amigo consigues construirlo y os lo pasáis genial, para nadie más quiere jugar. Empezáis a animar a todo el mundo a que jueguen con vosotros porque pensáis que realmente vale la pena, pero nadie os hace caso. A todos les parece genial y os dicen "ya iré", pero nunca lo hacen. Vosotros desistís y seguís con la diversión solos. Pero un día la pelota de fútbol sale fuera del patio y se pierde y todo el mundo se queda sin pasatiempo, excepto vosotros. En ese momento la gente se empieza a interesar y se anima a jugar. Es genial. Pasan los días y el patio se llena de fuertes, la gente juega su manera, destrozando los fuertes de los demás y construyendo mal los suyos. No tienen ni puta idea de lo que hacen, pero ya nadie juega al fútbol, ahora todos juegan a tu juego, así que deberías sentirte bien, pero nada más lejos de la realidad.
Tu juego por fin tiene el reconocimiento que se merecía, pero te das cuenta que ha perdido su encanto. Ahora todos juegan a ello, algunos mejor que tu, algunos sin tener ni puta idea, pero todos juegan y tu te sientes mal por dos razones: ellos no te escucharon cuando tu se lo dijiste y ya no es tan divertido cuando todo el mundo juega.
He querido reflectir la idea en un patio de escuela, porque estoy seguro de que todos nos hemos encontrado en esta situación alguna vez. En verdad nos pasa constantemente o al menos a mi. Ya sea con una película, con un libro, con un grupo de música, con un programa de televisión, etc. Y es una situación realmente curiosa. Cuando descubrimos algo que nos gusta, que nos gusta muchísimo, siempre tenemos ese impulso de recomendarlo a todo el mundo, porque nos parece increíble e injusto que algo tan bueno sea tan desconocido. Y la gran mayoría de veces nuestra recomendación cae en saco roto y te acabas resignando. Pero entonces "BUM", pasa algo, y eso que tanto te gusta se vuelve popular, todo el mundo habla de ello y lo acabas viendo hasta en la sopa e incluso hay gente que tiene la desfachatez de recomendartelo "¡Pero como se atreven!¡A mi me gustaba mucho antes de que tu supieras de su existencia, cabrón!
Que típico, ¿eh? Pero ahora viene lo más curioso, cuando los roles se intercambian y tu decides ver por fin esa serie de la que tanto se habla y empiezas a hablar de ella y hay gente que te mira con aires de superioridad, que no quieren comentarla contigo para no soltarte spoilers o porque no sabes de lo que hablas o dicen que simplemente sigues la moda.
Mi reflexión final es que si tienes la desgracia de que algo que te gusta se vuelva mainstream te sientas orgulloso de haberlo conocido antes y rehuyas el "boom", porque una de las peores cosas que existen ahora con todo lo de las redes sociales es el "boom cansino", cuando se sobreexplota algo. Todos recordamos lo que paso durante la última temporada de Lost, ¿no? Habían mil grupos de facebook hablando de ello, tanto que al final se crearon grupos de odio hacia Lost sin siquiera haber visto la serie. Todo tremendamente absurdo pero igualmente entendible. Lo mismo ha pasado con los memes de CuantoCabrón, con el Gagnam style, Harry Potter y está pasando con Game of Thrones, Breaking Bad, los canales de Youtube, etc, etc, etc.
¿Pero sabéis? No importa que ahora todos los niños jueguen con los fuertes y lo hayan convertido en una moda de mierda, aquellos dos amigos siempre recordarán con una sonrisa lo bien que se lo pasaron la primera vez que construyeron el fuerte mientras todos los demás no les hacían caso.
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