
La película nos presenta a Paul Conroy, que despierta dentro de un ataúd varios metros bajo tierra, sin saber cómo ni por qué. Con la única ayuda de un móvil casi sin batería y solamente 90 minutos de oxigeno Paul deberá salir de su particular prisión.
La sinopsis es si más no atractiva, pero lo que realmente hace morir de ganas de verla a un servidor es la impresionante unanimidad de la crítica de todas partes para alabar el film hasta el séptimo cielo, algo que jamás había creído posible. ¿Todos los chupatintas, prepotentes y engreídos de acuerdo en aplaudir una cinta? ¿Que truco de magia ha hecho servir Cortés? Quizás, hacer buen cine.
Por otra parte el director ya esta siendo comparado con Hitchcock con tan solo dos largometrajes en su historial, el 1 de octubre podremos comprobar de primera mano si exageran o tienen razón.
Se nota que Paul no ha sido instruido por Pai Mei, sino sabría como salir de la caja.
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