Para alegraros el inicio de este puente os voy a contar la historia real de Matt Harding. Matt Harding es un chico que un día decidió dejar su trabajo, venderlo todo y dar la vuelta al mundo. Historias como estas hay muchas diréis, pero lo mejor de ésta es que Harding se grabó bailando en cada una de las ciudades que visitaba y mando el montaje a sus compañeros y amigos para motivarles a hacer lo mismo y seguramente darles envidia. El vídeo acabó por internet y fue toda una revolución. Aquí tenéis el original:
El vídeo se hizo tan popular que a partir de entonces Matt decidió grabar uno cada año. El resultado fue millones y millones de visitas en sus vídeos. Creo que el récord lo tiene el de 2008 con 47 millones. Y por si fuera poco, multitud de marcas se interesaron en él para hacer anuncios, como el de la Travel Visa y se convirtieron en sus sponsors.
Ver a Matt bailando de forma ridícula en Kenya es mi definición de felicidad y lo que ha conseguido a raíz de eso es la de éxito. Lo que me hace pensar que quizás, al fin y al cabo, lo único que necesitamos hacer para ser felices es mandarlo todo a la mierda y hacer lo que nos guste.
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